Toda buena Administración Pública que se precie debe contar con un plan de Igualdad, especialmente por su naturaleza de servicio al ciudadano. Pero si luego la actitud y los valores que muestran los empleados de la misma -especialmente de cara al ciudadano- no coinciden con lo que cabría esperar, el resultado puede ser contradictorio. De nada nos sirven planes establecidos que quedan muy bien de cara a la galería pero que nunca llegan a materializarse o topan con la oposición o indiferencia de algunos de sus agentes implicados, convirtiéndose en papel mojado o en algo que sólo se ejecuta a medias. Para que esto no ocurra es necesario contar la colaboración de todo el personal de una forma activa, quienes deben hacerse responsables de lo que transmite y refleja su propio comportamiento, aunque a la par también sea cierto que simplemente actuando de manera individual sin un respaldo de la organización es muy difícil llevar a cabo...
Este blog pretende que cada mujer saque lo mejor de ella misma, aunque para ello tenga que decir a veces “no quiero”, “no me gusta” o “no me apetece”.